EFE, Madrid
Las fuerzas de seguridad han pedido hoy a los jóvenes que denuncien si son víctimas de acoso sexual en la red ya que han detectado que la mayoría no lo hace y que hay un aumento de este tipo de extorsión que puede llegar a prolongarse durante meses e incluso años y causar graves traumas a los chavales.
Es una llamada de atención de los agentes especializados en la investigación tecnológica de la Policía y la Guardia Civil, que persiguen los delitos que afectan a los menores en internet y que están preocupados porque no se denuncia lo que se debería, con lo que permanece oculta la cifra de criminalidad de estos delitos.
De esa carencia de denuncias da buena cuenta la denominada operación "Camaleón", en la que una persona llegó a acosar a través de la red a 250 menores y sólo tres de ellos denunciaron.
Gracias a la primera denuncia se pudo detener a este individuo en 2008, aunque más tarde reincidió y fue arrestado de nuevo en 2009.
En otra operación, en la llamada "Kretini" otro delincuente acosó a unos 50 niños de Estonia y Suecia y uno de los chavales se llegó a suicidar inducido por este acosador.
El joven, según han relatado los investigadores, le dijo al delincuente, que pudo ser detenido en nuestro país, que no podía más, que se iba a suicidar y éste le digo que lo hiciera. Así lo hizo; se mató con una arma que cogió a un familiar.
Este tipo de escenarios y consecuencias preocupan a las fuerzas de seguridad que han constatado un aumentó en la cifra del ciberacoso sexual -el bautizado con el término inglés grooming- porque cada vez hay más personas que acceden a internet usando otros medios además del ordenador, como teléfonos móviles.
El grooming afecta ambos sexos, a menores de entre 9 y 17 años, de los que los acosadores pretender tener fotos o vídeos desnudos y a los que incluso llegan a chantajear para poder quedar con ellos en persona y llegar al abuso.
Los agentes piden a los jóvenes que no se confíen, especialmente a los que cuenten con 16 o 17 años porque "no están a salvo de estos delitos" a pesar de que tengan muchos conocimientos de informática.
"Saben el entorno en el que se mueven, pero sin embargo no tienen una experiencia vital y el acosador sexual no le importa ni el daño, ni los traumas que puede causar a la víctima que no van a poder salir de ese círculo sin la ayuda de los padres, los educadores y las fuerzas de seguridad", insisten los especialistas.
Animan a denunciar y lo hacen porque el acoso causa graves perjuicios a los niños, que "dejan de tener ganas de ir al colegio, de salir a la calle" y que tienen que ser atendidos por psicólogos.
Por ello, desde su página en Tuenti, la Policía y Guardia Civil dan consejos a los jóvenes sobre las medidas de seguridad elementales y ya tienen más de 55.000 seguidores, han atendido 1.500 consultas y el 80 por ciento hacen referencia al ciberacoso y a usurpaciones de identidad.
Los padres deben estar pendientes del "paseo" que se hace su hijo por la red, al igual que lo hacen cuando salen con sus amigos a la calle; deben preguntarles qué tal lo han pasado y con quién han estado.
De esta forma podrían sospechar que sus hijos son víctimas de delitos como el "sexting", que consiste en el envío de fotografías sexuales de menores entre sí, una práctica preocupante porque, aunque los menores se lo envían a sus conocidos intencionadamente, existe el riesgo de que esas imágenes acaben siendo públicas en la red cuando su novio o novia rompa la relación.
También podrían detectar que son víctimas del "ciberbullying", del acoso en las aulas trasladado a la red, que tiene "tinte de crueldad" mayor que el físico por la "amplia difusión de la mofa en las redes sociales". Cada año los agentes intervienen en más de 700 casos relacionados con este delito.
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