LA FEDERACIÓN DE LA COMUNIDAD DE MADRID DE APAS “Francisco Giner de los Ríos” considera que hemos superado el límite de lo tolerable en materia educativa hace mucho tiempo en la Comunidad de Madrid y que, dos meses después del inicio del curso escolar, los centros educativos siguen sufriendo muchos problemas por la actitud del Gobierno Regional y la ineptitud de los máximos responsables de la Consejería de Educación y Empleo.
La Federación Francisco Giner de los Ríos considera que nada puede justificar ya la situación actual que vive la sociedad madrileña con el conflicto educativo y social que ha puesto encima de la mesa el Gobierno Regional, cuyas directrices están ejecutando los máximos responsables de la Consejería de Educación y Empleo.
La FAPA estima que, dos meses después del inicio del curso escolar, el conflicto sigue presente en todos los centros educativos públicos por expreso deseo del Gobierno Regional que sigue alimentando el conflicto y respaldando a quienes han demostrado ya que no saben gestionar la educación madrileña o, lo que es peor, que la gestionan mal de forma
consciente para beneficiar intereses privados.
En este momento: una parte importante del alumnado continúa sin tener los profesores que necesitan; los centros educativos siguen sin muchos de los recursos que les han sido arrebatados; los equipos directivos viven sometidos a una presión insoportable por parte de la administración educativa para que acepten sus directrices; el profesorado es represaliado, al igual que los directores, si expresan lo que están soportando; se intentan prohibir todo tipo de actos en defensa de la educación pública, por muy lúdicos que sean, con las excusas más inaceptables; los diferentes sectores educativos siguen siendo insultados de forma frecuente y vivimos en una gran campaña de acoso, difamación y calumnias por parte de los responsables políticos de la Consejería de Educación y Empleo y del Gobierno Regional.
En nuestra Comunidad Autónoma, de la Democracia, en muchos aspectos, sólo queda la sensación de que en algún momento existió.
Por lo que respeta a los escritos presentados ante la Consejería de Educación y a las cartas enviadas a Esperanza Aguirre, como Presidenta de la Comunidad de Madrid, y a Mariano Rajoy, como Presidente del Partido Popular, nada, silencio; pero nos damos por contestados
con sus manifestaciones públicas, en las que ponen como ejemplo a seguir lo que se está haciendo en nuestra Comunidad.
Dos meses llevamos de curso escolar con movilizaciones que han tenido y tienen un apoyo social como no se recordaba desde hace mucho tiempo, con huelgas que han sido secundadas por la inmensa mayor parte del profesorado con porcentajes de paro que hace años que no se daban, con actos muy diversos y constantes en defensa de la educación
pública, y con una unidad sindical que sólo se ha visto temporalmente partida por diferencias sindicales sobre la oportunidad o no de continuar acciones durante una campaña electoral que es, recordemos, de ámbito estatal; un frenazo que no ha sucedido, ni puede suceder, en unas movilizaciones que son de toda la Comunidad Educativa con independencia de la ideología de cada cual, como no podía ser de otra manera, y que deben continuar en un escenario de ataque que no ha desaparecido, es más, que sigue siendo igual o más lesivo aún en determinados aspectos.
Dos meses de movilizaciones que han dado como resultado que la Consejería de Educación y Empleo haya tenido que dar marcha atrás, muy a su pesar y sin reconocerlo explícitamente nunca, en parte de su planteamiento inicial y que se ha demostrado, entre otras cosas: en la rectificación con relación a las tutorías grupales; la adjudicación de destino del profesorado funcionario que no tenía plaza cuando comenzó el curso; la contratación, aunque sea de forma parcial en demasiados casos, de muchos interinos cuyo destino inicial era el paro forzoso; la paralización de convenios con entidades privadas para introducir a personas que no son docentes en los centros educativos públicos; las constantes rectificaciones de las instrucciones verbales para intentar ir acallando a los centros uno a uno; etc.
Sin embargo, estos logros obtenidos por quienes nos hemos movilizado, no son suficientes, pues el caos en los centros educativos sigue existiendo y la interlocución con los diferentes sectores sigue sin producirse. Y, aunque la Consejería hable de las citas realizadas a los sindicatos de la enseñanza, todos somos conscientes de que no eran para dialogar ni negociar el conflicto, sino para intentar comprar sus voluntades y su silencio, algo que dichos sindicatos han rechazado, como es lógico.
La FAPA continuará siempre defendiendo el derecho a la educación del alumnado y luchando por su futuro, el de nuestros hijos e hijas, el de nuestra sociedad. Haría bien el Gobierno Regional en admitir ya que este conflicto no lo ha sabido gestionar, que el enfrentamiento con la Comunidad Educativa madrileña les coloca cada día más cerca del momento en el que tendrán que dar marcha atrás definitiva, y que deben cambiar a sus interlocutores para buscar la solución que la sociedad madrileña les demanda a gritos.
Por último, la FAPA llama a participar masivamente en la manifestación que convoca la Plataforma Regional por la Escuela Pública, en la que la FAPA está integrada, para demostrar, una vez más, que la Comunidad Educativa exige al Gobierno Regional y a la Consejería de Educación y Empleo que el conflicto termine.
La FAPA estima que, dos meses después del inicio del curso escolar, el conflicto sigue presente en todos los centros educativos públicos por expreso deseo del Gobierno Regional que sigue alimentando el conflicto y respaldando a quienes han demostrado ya que no saben gestionar la educación madrileña o, lo que es peor, que la gestionan mal de forma
consciente para beneficiar intereses privados.
En este momento: una parte importante del alumnado continúa sin tener los profesores que necesitan; los centros educativos siguen sin muchos de los recursos que les han sido arrebatados; los equipos directivos viven sometidos a una presión insoportable por parte de la administración educativa para que acepten sus directrices; el profesorado es represaliado, al igual que los directores, si expresan lo que están soportando; se intentan prohibir todo tipo de actos en defensa de la educación pública, por muy lúdicos que sean, con las excusas más inaceptables; los diferentes sectores educativos siguen siendo insultados de forma frecuente y vivimos en una gran campaña de acoso, difamación y calumnias por parte de los responsables políticos de la Consejería de Educación y Empleo y del Gobierno Regional.
En nuestra Comunidad Autónoma, de la Democracia, en muchos aspectos, sólo queda la sensación de que en algún momento existió.
Por lo que respeta a los escritos presentados ante la Consejería de Educación y a las cartas enviadas a Esperanza Aguirre, como Presidenta de la Comunidad de Madrid, y a Mariano Rajoy, como Presidente del Partido Popular, nada, silencio; pero nos damos por contestados
con sus manifestaciones públicas, en las que ponen como ejemplo a seguir lo que se está haciendo en nuestra Comunidad.
Dos meses llevamos de curso escolar con movilizaciones que han tenido y tienen un apoyo social como no se recordaba desde hace mucho tiempo, con huelgas que han sido secundadas por la inmensa mayor parte del profesorado con porcentajes de paro que hace años que no se daban, con actos muy diversos y constantes en defensa de la educación
pública, y con una unidad sindical que sólo se ha visto temporalmente partida por diferencias sindicales sobre la oportunidad o no de continuar acciones durante una campaña electoral que es, recordemos, de ámbito estatal; un frenazo que no ha sucedido, ni puede suceder, en unas movilizaciones que son de toda la Comunidad Educativa con independencia de la ideología de cada cual, como no podía ser de otra manera, y que deben continuar en un escenario de ataque que no ha desaparecido, es más, que sigue siendo igual o más lesivo aún en determinados aspectos.
Dos meses de movilizaciones que han dado como resultado que la Consejería de Educación y Empleo haya tenido que dar marcha atrás, muy a su pesar y sin reconocerlo explícitamente nunca, en parte de su planteamiento inicial y que se ha demostrado, entre otras cosas: en la rectificación con relación a las tutorías grupales; la adjudicación de destino del profesorado funcionario que no tenía plaza cuando comenzó el curso; la contratación, aunque sea de forma parcial en demasiados casos, de muchos interinos cuyo destino inicial era el paro forzoso; la paralización de convenios con entidades privadas para introducir a personas que no son docentes en los centros educativos públicos; las constantes rectificaciones de las instrucciones verbales para intentar ir acallando a los centros uno a uno; etc.
Sin embargo, estos logros obtenidos por quienes nos hemos movilizado, no son suficientes, pues el caos en los centros educativos sigue existiendo y la interlocución con los diferentes sectores sigue sin producirse. Y, aunque la Consejería hable de las citas realizadas a los sindicatos de la enseñanza, todos somos conscientes de que no eran para dialogar ni negociar el conflicto, sino para intentar comprar sus voluntades y su silencio, algo que dichos sindicatos han rechazado, como es lógico.
La FAPA continuará siempre defendiendo el derecho a la educación del alumnado y luchando por su futuro, el de nuestros hijos e hijas, el de nuestra sociedad. Haría bien el Gobierno Regional en admitir ya que este conflicto no lo ha sabido gestionar, que el enfrentamiento con la Comunidad Educativa madrileña les coloca cada día más cerca del momento en el que tendrán que dar marcha atrás definitiva, y que deben cambiar a sus interlocutores para buscar la solución que la sociedad madrileña les demanda a gritos.
Por último, la FAPA llama a participar masivamente en la manifestación que convoca la Plataforma Regional por la Escuela Pública, en la que la FAPA está integrada, para demostrar, una vez más, que la Comunidad Educativa exige al Gobierno Regional y a la Consejería de Educación y Empleo que el conflicto termine.
15 de noviembre de 2011
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