15 mar 2009

Sobre el talento: Declaración internacional de Navarra

Una definición de talento

La creciente complejidad de nuestra sociedad y de nuestra economía exige una definición integral y matizada del concepto “talento”. No sólo determinado por la educación formal que recibimos, el talento está constituido por una multitud de características y vivencias personales y sociales que determinan: el éxito, la adaptabilidad y la satisfacción. Si bien la especialización y el conocimiento técnico siguen siendo importantes, no son suficientes. Los nuevos retos profesionales requieren:

* Talento técnico, como la inteligencia numérica y la lingüística y la capacidad de resolución de problemas.
* Talento innovador, como las capacidades creativas y colaborativas.
* Talento emprendedor, como la propensión a asumir y gestionar el riesgo.
* Talento cívico y ético, como la defensa de valores humanísticos y el respeto de las leyes y la tolerancia hacia otras culturas.
* Talento social, como la posesión de las habilidades para integrarse en la sociedad e interactuar con otros ciudadanos y grupos.
* Talento emocional, como la habilidad de gestionar las emociones personales y respetar las de otros individuos.

Y quizás lo más importante, el talento fundamental para el futuro, será la capacidad de “aprender a aprender”, es decir, las personas necesitaremos adquirir nuevos talentos y destrezas a lo largo de toda nuestra vida. La adquisición de conocimientos y habilidades no es estática y nunca puede considerarse completa. Se trata de un círculo integral, permanente y virtuoso dirigido y alimentado por los distintos actores de de nuestro entorno, desde el propio individuo y la familia, hasta las instituciones educativas, las empresas, los gobiernos y los legisladores.

Más información en el siguiente enlace...

Declaración internacional sobre el talento

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